Astic ha alertado ante las graves consecuencias en la lucha contra la economía sumergida que podrían derivarse de la entrada en vigor del nuevo límite de 300.000 euros de facturación, vigente desde el pasado 31 de octubre, para que los transportistas puedan acceder al régimen de módulos. “Los que estén a punto de superar el límite se encuentran ante la necesidad de dejar de facturar para no superar ese umbral”, advierte la asociación que preside Marcos Basante, que destaca que podría conseguirse el efecto contrario al deseado con la Ley 7/2012 de lucha contra el fraude.
Esta ley, que entre otras medidas establece la limitación de pagos en efectivo a 2.500 euros y la obligación de declarar determinados bienes situados en el extranjero, viene a reducir el anterior límite desde los 450.000 hasta los 300.000 euros anuales, si bien en el anteproyecto figuraba la cantidad de 50.000 euros.
“La aplicación de este límite está provocando situaciones muy complicadas a todos los que están en régimen de módulos que ya han superado o están a punto de superar esa cifra. Los primeros pasarán de forma automática al régimen de estimación directa. Como lo harán en un momento en que gran número de sus competidores seguirán en módulos se verán incapaces de repercutir a sus clientes el incremento de costes debido al cambio de régimen”, prevén en Astic.
Tras este análisis, para la asociación la medida adecuada sería la “eliminación total de ese régimen para nuestro sector, por lo que como patronal podemos decir que para el transporte de mercancías por carretera no se ha ‘tocado nada”.
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