Si vas a transportar mercancía en un buque por primera vez seguro que te han surgido muchas dudas al respecto.
En este post te indicamos que pasos hay que seguir:
El primer paso de ellos es la estiba que al efectuarse correctamente, evita que tanto la mercancía que ya está en el barco como la pendiente de ser cargada sufra daños o averías y facilita que puedan ser transportadas con total seguridad para el barco y la tripulación. Además permite optimizar y aprovechar correctamente todo el espacio disponible en el busque y agilizar las operaciones portuarias.
El segundo paso consiste en el trincaje de mercancías propiamente dicho, es decir, impedir que la mercancía se mueva durante el trayecto. De todas formas al ser una parte fundamental del proceso, requiere un estudio previo sobre el tipo de carga a inmovilizar que tenga en cuenta su tamaño, forma, peso, etc. así como el medio de transporte en el cual viajará la mercancía (buque, avión, tren, camión, etc…). Analizar correctamente estos dos puntos será lo que marque la diferencia entre conseguir una entrega correcta o una con daños irreversibles.
Una vez hecho el análisis procedemos al trincaje en sí mismo. Para ello amarraremos la mercancía al buque mediante anillas o placas de amarre. Normalmente estas anillas ya se encuentran soldadas en la bodega, en la cubierta o sobre las escotillas dependiendo del barco en cuestión. No obstante en los barcos portacontenedores hay una cuna construida exclusivamente para ésa embarcación que suele estar fabricada con perfiles de hierro y piezas de madera.
Cuando la cuna ya está fijada correctamente en su posición se asegura a la embarcación para evitar que cualquier movimiento ponga en peligro su integridad. Para ello usaremos como sistema de amarre una eslingas (o cadenas) textiles o de nailon que eviten rayar el casco del barco. Estas eslingas destacan por ser ligeras, flexibles, fáciles de manejar y ajustables a la carga. Si son de calidad proporcionan resistencia a bacterias, moho o productos químicos, evitando así que se degraden. La calidad de las eslingas puede comprobarse en una etiqueta donde aparece la capacidad e información adicional requerida.
Otro punto a tener en cuenta respecto a las eslingas es evitar que tengan vueltas sobre sí mismas, para evitar que pierdan funcionalidad. Si no son textiles o de nailon debemos colocar algún material que evite el roce contra el casco de la embarcación.
Teniendo en cuenta estos factores ya podemos finalizar el trincaje de la carga. Pero antes realizaremos una inspección de la misma. Esta inspección es una parte esencial del transporte y además es extensible a todo tipo de mercancías. Normalmente se requiere un especialista que conozca en profundidad los parámetros, elementos y criterios que intervienen en el transporte de cada una según su naturaleza.
En definitiva, gran parte de un correcto transporte de la carga depende principalmente de: unas buenas labores de estibado, un trincaje que tenga en cuenta la naturaleza de cada tipo de mercancía a transportar, el tipo de eslingas a usar y por último una buena inspección de la carga realizada por un especialista que tenga en cuenta todos estos parámetros.
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