Interesante artículo publicado en EXPANSION sobre el centro de Valdemoro que es el más grande de España y es el corazón de las mercancías que abastecen las tiendas y los centro comerciales de El Corte Inglés. Es el corazón que bombea mercancías para abastecer las tiendas y centros comerciales de El Corte Inglés (incluyendo alimentación, Sfera e Hipercor).
El centro logístico de Valdemoro impresiona a los ojos del visitante, aunque su magnitud se aprecia mejor cuando se conocen sus cifras. Hablamos de 500.000 metros cuadrados de superficie, lo que supone el mayor complejo de estas características en España, ya que el de Inditex en Arteixo, que suma 600.000 metros cuadrados, también incluye fábrica y las oficinas centrales de la compañía. Dicho de una forma más gráfica, imaginen 100 campos de fútbol, uno detrás de otro, y tendrán una idea de su tamaño, fruto de las continuas ampliaciones que ha ido sufriendo desde su inauguración en 1975. Tal es la superficie, que muchos de los 3.000 empleados del complejo se ven obligados a moverse en bicicleta por el mismo.
Pero si el espacio es abrumador, no lo es menos el tamaño de las mercancías que se almacenan en este centro de logística. Hablamos de aproximadamente 15 millones de unidades de productos, desde pequeñas latas de conservas a televisores de 65 pulgadas, pasando por ropa, juguetes, lavadoras y todo aquello que se puede encontrar en un centro comercial. "Esa variedad hace más compleja la gestión del centro y exige una coordinación total entre todas sus áreas. Piense que no sólo tienes 15 millones de productos, sino que debes saber dónde están y cuánto tienes de cada uno. Vienen empresas de todo el mundo para ver cómo funciona", dice Antonio Díaz, director de Almacenes y Plataformas de El Corte Inglés a EXPANSION.
La organización
"La logística, para que funcione bien, tiene que ser sencilla. Si le explicáramos lo que hacemos a un niño de 12 años y nos dijera que lo entiende, sería la mejor señal de que estamos haciendo bien nuestro trabajo", asegura Antonio Díaz.
El punto de partida para comprender el tetris que conforma un centro tan complejo como éste es la zona de recepción y salida de mercancías. Entre 700 y 800 camiones llegan cada día a Valdemoro con productos de todo tipo, mientras que otros 450 salen con destino a las tiendas de El Corte Inglés (la diferencia en el número se debe a que los distribuidores no abastecen sólo a esta empresa y por tanto no descargan aquí la totalidad de la carga que llevan).
Una vez recibida la mercancía, hay una zona de control para verificar qué llega y en qué condiciones lo ha hecho, lugar desde el que se decide si los productos se repartirán rápidamente o se guardarán.
El almacenamiento se realiza con la ayuda de un sistema automático de carretillas y cada familia de productos tiene una zona asignada en el centro. De la misma forma, el reparto a las tiendas está totalmente controlado y cada palé lleva una numeración que indica el día, el centro y la planta en la que se tiene que entregar el material. "Lo más eficiente es considerar a cada planta como una tienda en sí misma", afirma Díaz, que explica que desde este centro se abastece a toda España salvó a Cataluña, Aragón, Levante, Murcia y Baleares, de los que se encarga otro complejo similar en Barcelona.
"Unas 3.000 personas trabajan en el centro de 500.000 m2 . Muchas se mueven por él en bicicleta por las grandes distancias"
"Una de las claves es que la mercancía se vaya moviendo dentro del almacén porque se tienen que ir acompasando los espacios a la cantidad de mercancía, el tiempo de entrega y la mano de obra. Por ejemplo, la ropa de otoño-invierno ya está bajando y ha comenzado a entrar la temporada de primavera-verano", dice Carmen Martínez Vinuesa, jefa de grupo en Valdemoro.
Tres procesos complejos
Uno de los aspectos más complejos tiene que ver con el sistema de reservas. Cuando un cliente hace una en cualquier centro, la mercancía no viaja a este complejo, sino que se hace un movimiento interno para localizar el producto, empaquetarlo con la dirección del cliente y guardarlo hasta la fecha de entrega.
Otro proceso delicado es el envío de material a Canarias por barco y avión, mercancías que tienen un control especial en una zona del centro que tiene un estatus de registro aduanero. En estos envíos, se hace constar en número de bultos, el tamaño y su peso. "Este último dato da seguridad, ya que los envíos se pesan en básculas precisas. Si mandamos 1.000 paquetes, es difícil que nos demos cuenta de que falta uno, pero si lo pesamos y faltan 50 gramos, aunque sea en un envío de 750 kilos, sabemos que algo falla", explica Antonio Díez.
El tercer proceso complejo es el reparto a domicilio. Funciona con tiempos de 24, 48 y 72 horas e implica una gran cantidad de líneas de empaquetado. Las cintas transportan los productos y los lectores de códigos de barras los van distribuyendo en cajas, ya con el nombre y la dirección de cada cliente. De esta forma, es más sencillo organizar las rutas de los camiones que saldrán desde Valdemoro con la mercancía.
El almacén de los Reyes
Si hay un producto estrella en este centro logístico durante estas fechas, esos son los juguetes. Desde que la campaña de Navidad empezara el 14 de octubre, entre el 15% y el 20% de la carga que entra cada día es mercancía de este tipo, lo que supone que en la actualidad haya en el complejo unos tres millones de juguetes.
El almacenamiento se divide por tipo de producto (hay hasta 22.000 modelos diferentes) y en estas fechas se triplica el espacio que se le dedica a estos objetos durante el resto del año (alcanzando los 50.000 metros cuadrados). "Cada día salen con destino a las tiendas 120.000 juguetes. No sería posible enviar más porque no habría sitio para todos", sostiene Antonio Díaz. Pese a ello, y por las fechas que son, "casi todo lo que está llegando, sale rápidamente, siendo las semanas claves las anteriores a Nochebuena y Reyes. En Navidad, se surten juguetes todos los días a las tiendas, cuando lo normal durante el año es que se haga dos veces a la semana", añade Carmen Martínez.
"Cada día salen 120.000 juguetes a las tiendas. No se pueden mandar más porque no cabrían en ellas"
Flor Santos es una veterana en este centro. Comenzó a trabajar en él en la década de los 70 y desde entonces ha ido escalando hasta ser jefa de área. Su voz es la de la experiencia: "No por comprar más a los productores, vas a vender más en las tiendas. Los niños son muy exigentes", afirma. De hecho, los productos que se quedan en el centro, permanecen en decenas de hileras de estantes de unos 6 metros de alto por 100 de largo, un amasijo de pasillos que guardan una forma de almacenaje curiosa hasta que se conocen sus causas. Cabría pensar que la forma más eficiente de guardar los juguetes sería destinando un gran espacio para todos ellos, en lugar de distribuirlos por toda la superficie del centro. Pero nada más lejos de la realidad, porque en la práctica esta idea no funcionaría. "Si tuviéramos todos los juguetes juntos, se produciría un embudo en esa nave, ya que por muchas cosas que necesites de un pasillo, no pueden operar en estos más de una persona con un elevador a la vez. De esa forma, si todo estuviera junto, iríamos más lento", explica Antonio Díaz.
El 5 de enero, cuando las tiendas retiren los juguetes, volverán a llegar a Valdemoro 9.000 palés con este tipo de productos. Además, ese día se vuelve a poner en marcha todo el proceso de cara al año siguiente, ya que cada 7 de enero un equipo se pone a buscar los juguetes que se venderán las próximas navidades, un proceso que concluye en verano con la confección del catálogo (se imprimen tres millones) y en octubre con el inicio de una nueva campaña navideña. Sean los juguetes que sean, lo que es seguro es que volverán a pasar por Valdemoro.
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