Según el subdirector general de Normativa de la Dirección General de Transporte Terrestre, Emilio Sidera, un transportista no es quien tiene camiones, es alguien capaz «de realizar servicios de transporte».
Sidera hizo estas declaraciones durante el XIII Foro Nacional del Transporte que, organizado por Aecoc, se celebró el pasado miércoles, 13 de marzo, en Madrid, en una charla cuyo objetivo, explicó, era contextualizar la LOTT y que recogió la revista LOGÍSTICA PROFESIONAL
Durante su intervención, Emilio Sidera defendió la nueva ley; una reforma legal necesaria, a su juicio, para modernizar y actualizar el transporte de mercancías en España.
Según el subdirector general de Normativa de la Dirección General de Transporte Terrestre, la ley ahonda, fundamentalmente, en dos temas concretos: en la competitividad y la eficiencia empresariales y en la racionalización de la red de servicios públicos de viajeros, y los objetivos que se propone son la mejora de la estructura de las empresas y «del nivel de profesionalidad del conjunto de personas que trabajan en el sector».
Para conseguir esos objetivos, Sidera explicó que la normativa introduce «un mayor rigor en el establecimiento y en el control de acceso al mercado» y una mejor «racionalización de los recursos».
En lo que respecta a los controles de acceso al mercado, Emilio Sidera explicó que la LOTT se limita a trasponer los requisitos comunitarios. «Básicamente —subrayó—, el requisito más novedoso es el de “establecimiento”»: las empresas deben acreditar que están establecidas en España. Es decir, la LOTT obliga a que las empresas dispongan de un local en territorio nacional en el que depositar toda la documentación empresarial; a que dispongan de vehículos matriculados en España y, por último, a que las firmas cuenten, asimismo, con equipamiento administrativo y técnico necesarios para el desarrollo de la actividad.
Otra novedad es que las firmas deberán contar con equipos telemáticos para poder comunicarse con la Adminstración y con los clientes. En este sentido, Sidera quiso tranquilizar a los empresarios explicando que la LOTT prevé un plazo de adaptación de tres años (hasta 2016).
Otra nueva figura que recoge la LOTT, y que traspone de la legislación europea, es la figura de los «gestores profesionales». Así, la ley prevé funciones para estos cargos y los define por vía reglamentaria, como los gestores de flotas o de tráfico, por ejemplo.
También será obligatorio que las empresas sean capaces de hacer frente a sus obligaciones económicas «durante un año». En este sentido, Sidera explicó que las empresas que entren en concurso de acreedores dejan de cumplir inmediatamente este requisito de capacitación financiera, al menos el tiempo que dure el concurso.
Otra nueva condición es la de «honorabilidad». Un empresario podrá perder su honorabilidad si comete infracciones «muy graves y fuera de lo común», lo que acarrearía también su incapacitación para ejercer la actividad de transportista, explicó Sidera, aunque no quiso especificar cuáles son estas infracciones. En caso de que se produzca, esta pérdida de la honorabilidad se extiende a todo el territorio comunitario y puede ser temporal o permanente.
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