Bienvenidos al almacén del siglo XXI, como internamente llama Mercadona a su centro logístico de Ciempozuelos (Madrid).
En esta instalación de 100.000 metros cuadrados, inaugurada en 2007 tras invertir 300 millones de euros, las personas han dejado de manipular bultos y se han convertido en controladores de las máquinas que, a velocidad de vértigo, desplazan 12.000 palets cada día. Cuentan con la ayuda de 70.000 fotocélulas y 15.000 sistemas motorizados, que ayudan a mover las mercancías.
En esta instalación de 100.000 metros cuadrados, inaugurada en 2007 tras invertir 300 millones de euros, las personas han dejado de manipular bultos y se han convertido en controladores de las máquinas que, a velocidad de vértigo, desplazan 12.000 palets cada día. Cuentan con la ayuda de 70.000 fotocélulas y 15.000 sistemas motorizados, que ayudan a mover las mercancías.
Cuando en 2005, el grupo proyectó este almacén, lo diseñó como un centro logístico convencional, pero después decidió dar una vuelta de tuerca y automatizar todo el proceso con una filosofía concreta: el esfuerzo que pueda hacer una máquina, que no lo haga un trabajador. La gran dificultad a sortear era la preparación de aquellos artículos que por su menor rotación dentro de la tienda no se envían directamente en un palet, sino que tienen que ser manipulados.
En un almacén típico, estos productos están distribuidos en estanterías y los empleados con una lista del pedido van seleccionándolos. Es como hacer una compra a lo grande.
En Ciempozuelos, Mercadona ha conseguido por primera vez en España que una máquina construya un palet multireferencias. El grupo visitó centros logísticos por todo el mundo y eligió la tecnología que le interesaba de cada uno. El resultado es el primer almacén en Europa que ha conseguido unir toda la cadena de suministro con máquinas. La única excepción son los productos de cosmética. Su pequeño tamaño impide que puedan ser manipulados por una máquina.
Al detalle
El proceso comienza con la recepción de la mercancía, que seguirá dos caminos distintos: parte de los bultos irán directamente a la tienda (el 70% de los palets que se mueven cada día, aunque el centro tiene capacidad para albergar 20.000 palets). El 30% restante se manipulará y el sistema construirá un palet tetrix, con el mix de productos requerido por cada una de las 300 tiendas a las que sirve esta unidad.
Cuando la mercancía entra en el almacén, un ordenador la identifica (se mide, pesa y se comprueba que corresponde con la etiqueta que identifica el producto). Después, se coloca en los llamados palets esclavos (se definen así por que nunca salen del centro), que cuentan con un microchip que facilita su seguimiento por todo el centro.
En Ciempozuelos, se pueden llegar a almacenar hasta 54.000 palets en diferentes temperaturas: ambiente, pero controlada; a 12 grados (para fruta, verdura, charcutería y chocolates), a 3 grados (carne y productos refrigerados) y a menos 23 grados (congelados). Ésta se mantendrá durante todo el proceso hasta su colocación en la estantería de la tienda.
Los productos de gran rotación como el papel higiénico o el agua no se manipulan y el palet va directamente a la tienda. Este tipo de artículos se almacena a lo largo de 40 pasillos de 12 metros de altura y se mueven por una elevadora automática a una velocidad de cuatro metros por segundo, que aprovecha cada trayecto para introducir y recoger mercancía. De media, los palets están dos días en el almacén. Para evitar rupturas de stock, en caso de una avería, los productos se reparten por todos los pasillos y estanterías.
El proceso para la preparación de los artículos con una rotación más baja es más complejo. Mercadona ha ideado un subalmacén propio para estos artículos a base de cajas y bandejas de plástico que cuenta con 800.000 huecos disponibles.
El primer paso es situar la mercancía en las bandejas en las que se guardaran, pero previamente hay que sacarla del palet enviado por el proveedor. El proceso lo realiza una despaletizadora, una máquina que por absorción con aire es capaz de separar una a una las capas de producto.
Después, cada producto hay que casarlo con una caja o bandeja. Varias cintas transportadoras facilitan la boda y sitúan el producto en su bandeja, que también cuenta con un chip para su seguimiento. Ahora, ya puede ser almacenado hasta que sea reclamado por las tiendas. Esta fase del proceso ha sido una de las más difíciles para Mercadona, pues ha sido necesario ajustar el sistema para que reconozca diversos formatos.
Más difícil todavía
El más difícil todavía es la elaboración del palet con los productos solicitados por cada tienda. Con el pedido del establecimiento, llega la orden al almacén que, por orden de llegada (para facilitar la continua rotación), vuelve a colocar la bandeja en el sistema de transporte. En esta fase, hay que sacar el producto de la bandeja y colocarlo en el palet tetrix (una caja de gran tamaño cuyas paredes sirven para sostener los productos hasta que, después, son plastificados).
La máquina, gracias a un programa de ordenador similar al tetrix, va colocando cada producto en la caja. Tiene en cuenta su mejor encaje (en Mercadona, recuerdan que transportar aire es carísimo) y su peso. Los más sólidos, por ejemplo las latas o las botellas de cristal, se sitúan en la parte baja, mientras que los más delicados se colocan en la parte superior.
Una vez asegurado con plástico, el palet llega a la línea de carga del camión, donde se encuentra con la mercancía que no ha sido manipulada. Las líneas de este proceso están duplicadas porque la ley impide la gestión conjunta de los alimentos y los productos de droguería y perfumería.
Una vez que se han cargado los productos a temperatura ambiente en el fondo del camión, se procede a la carga de los artículos refrigerados y congelados. El proceso que siguen es similar, con la única diferencia de la temperatura de las naves. Por ahora, el pescado a granel también se prepara de forma manual, porque el agua que suelta daña las máquinas. La cadena está inmersa en el cambio de la venta de pescado de granel a bandejas (como la carne), lo que facilitará su manipulación automática.
A diferencia de otras cadenas de supermercados, Mercadona ha elegido la descarga nocturna silenciosa con grandes camiones, que cada jornada atienden varias tiendas. Fiel a su modelo de colaboración con los proveedores, el grupo también cuenta con un interproveedor para el transporte, Acotral.
A Ciempozuelos llegan todos los días 1.200 camiones, tanto de proveedores como encargados del reparto con cita previa. Con este nivel de tráfico y para evitar riesgos a los 500 empleados del centro (un 40% de ellos mujeres), los desplazamientos por toda la instalación se realizan a través de pasarelas superiores.
Un modelo para el grupo
El desarrollo de Ciempozuelos ha servido de modelo para el grupo. Los nuevos centros logísticos se construirán siguiendo esta fórmula mejorada (por ejemplo, facilitando los sistemas de mantenimiento). Además, este almacén está sirviendo de guía para la modernización de los existentes.
El área de congelado es la primera que se está cambiando para evitar que los trabajadores tengan que entrar en cámaras a bajas temperaturas. Al igual que en los almacenes de Barcelona, Alicante y Sevilla, en Ciempozuelos, Mercadona ha incluido una guardería gratuita para sus trabajadores en la instalación. En la actualidad, acuden 64 niños al centro, que está abierto desde las 5:40 horas de la mañana.
La apertura a esta hora se explica porque esta instalación cuenta con una fábrica de pan, que elabora 300.000 barras al día, y está en funcionamiento las 24 horas al día de lunes a sábado. Las tiendas envían los pedidos al almacén con tres días de antelación. Se vuelcan al ordenador del almacén a las 4:00 de la madrugada. Los pedidos al proveedor se hacen con una semana de antelación. Mercadona tiene todas las tiendas diseñadas del mismo modo para facilitar su gestión
Publicado en EXPANSION el 4.12.09